Las Bananas ya se manifiestan en contra de esta medida. Afecta no solo la producción, sino zonas, localidades y miles de familias involucradas.
El año pasado, en la región de Laguna Naineck Formosa, los agricultores señalan que la actividad estaba en jaque, por el valor muy bajo que le pagaban el kilo de fruta, la sequía, las heladas tardías y las altas temperaturas destruyeron la producción bananera en más de un 50%. Y aunque se declaró la emergencia agrícola en la zona, la ayuda del Gobierno nunca llegó”
Con este contexto, más de 1000 hectáreas de plantaciones de banana las que se perdieron en lo que va del año 2023, donde “muchos productores desesperanzados y dolidos han abandonado sus chacras y dejaron que a sus lotes se lo lleve la maleza”.
“La falta de rentabilidad es un problema ya histórico, pero actualmente esto profundiza el abandono de las parcelas dedicadas al cultivo de la banana, lo que representa un problema grave tanto social como económico para muchas localidades del interior de Formosa”.

Hoy cinco meses después, la problemática es otra, Productores de bananas de Formosa, advierten que sin apoyo ni asistencia del gobierno provincial ni de la Nación, enfrentan una crisis productiva que ya ha derivado en pérdida de plantaciones de bananos por no poder competir con la importación, y reclamaron un programa de asistencia que atienda su situación de emergencia.
Pánfilo Ayala, director de la Federación Agraria Argentina y referente de la filial Laguna Naineck en Formosa. “La falta de rentabilidad es un problema ya histórico, pero actualmente esto profundiza el abandono de las parcelas dedicadas al cultivo de la banana, lo que representa un problema grave tanto social como económico para muchas localidades del interior de Formosa”.
2.000 hectáreas son el sustento de unas 640 familias, a las que se deben sumar otros 4.500 empleos indirectos si se incluye la producción de Salta y Jujuy, donde hay otras 1.500 hectáreas en producción. El consumo local ronda las 500 mil toneladas anuales, ya que es la fruta que más se consume.
Por la falta de precio no hay motivación ni entusiasmo en los productores locales. Así muchos dejan el cultivo de la banana y pasan a otra fruta o producciones”, la crisis en la producción de bananas en el norte-oeste formoseño hace que la perdida de tierras productivas sea una constante.