En el marco de la Expo Brandsen 2025, Frecuencia Agropecuaria dialogó con Jorge González, productor tambero de la ciudad de Tandil, quien con 69 años sigue mostrando la misma pasión que cuando comenzó en la actividad a los 16. Acompañado por su familia, compartió su historia, los avances tecnológicos que transformaron su trabajo y su visión sobre el futuro del sector lechero.

Nosotros nos dedicamos al tambo, es nuestra actividad principal. Tenemos un tambo robótico con tres robots, ordeñamos unas 200 vacas y hoy estamos produciendo entre 35 y 36 litros por animal”, contó Jorge desde el stand de San Pedro, el establecimiento familiar. En la muestra llevó cuatro ejemplares: una vaca junior de tres años, otra de cuatro con tres partos, una de cinco con cuatro partos y una vaca vitalicia que ya superó los 45 mil litros de producción.

Con más de 53 años en la actividad, González recuerda sus comienzos junto a su padre, “ordeñando a mano”, hasta la llegada del tambo mecánico y luego, en 2021, el salto al tambo robotizado. “Trabajo con mi hijo, y somos los que llevamos todo adelante. En más de medio siglo vi de todo: épocas buenas y malas, tambos que crecieron y muchos que cerraron. Pero si uno no se adapta a los cambios, el negocio deja de ser rentable”, reflexionó.

González fue uno de los pioneros en implementar la robótica en el tambo en la región de Tandil. “Fuimos el segundo tambo robotizado del distrito. Hoy hay cuatro en total, y ya hay nuevos proyectos en marcha. La tecnología llegó para quedarse”, explicó.

El productor también destacó cómo la automatización cambió la dinámica del trabajo rural: “Con la robótica es todo más técnico y más cómodo. Antes no tenías sábado ni domingo; hoy se trabaja distinto, con más organización y mejor calidad de vida”.

Fiel a la tradición, la producción de su tambo sigue el mismo destino desde hace más de medio siglo: “Desde 1968 entregamos la leche a Mastellone Hermanos, en General Rodríguez. Todos los días el camión llega hasta el tambo, incluso con lluvia, algo impensado en mis inicios”.

Al mirar hacia adelante, González se muestra optimista: “No me animo a imaginar cómo será dentro de diez años, porque la evolución es impresionante. Lo importante es seguir adaptándonos y dejar un legado para las nuevas generaciones, que puedan continuar con orgullo lo que nosotros empezamos”.

Con gratitud y humildad, Jorge se despidió agradeciendo a quienes lo escuchan y acompañan: “Muchísimas gracias por dedicarme unos minutos, siempre es lindo poder contar lo que uno ama hacer”.