En el marco de la 55ª Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), el Reino Unido emitió un fuerte reclamo diplomático hacia Argentina al exigir que cumpla los compromisos asumidos en el marco del acuerdo Mondino – Lammy, firmado en septiembre de 2024. Entre los puntos señalados, Londres hizo especial hincapié en la cooperación en materia pesquera en torno a las Islas Malvinas y en la reanudación del vuelo entre las islas y São Paulo, con escala en Córdoba.

La intervención fue encabezada por la baronesa Chapman de Darlington, representante del Foreign Office británico, quien expresó que “tanto el Reino Unido como los isleños esperan que Argentina cumpla sus compromisos”, remarcando que “la cooperación en pesca beneficia a todos”.

La presión británica tras el respaldo regional a Argentina

El discurso británico se dio horas después de que la OEA adoptara por unanimidad una declaración de apoyo al reclamo argentino por la soberanía de las Islas Malvinas, instando a que se retomen las negociaciones bilaterales con el Reino Unido. Fue una victoria diplomática para la Cancillería argentina y celebrada tanto por el gobierno como por referentes políticos de distintos sectores.

En ese contexto, la baronesa Chapman intentó reposicionar la narrativa británica subrayando la importancia de respetar la voluntad de los habitantes del archipiélago, y recordó que en el referéndum de 2013, “los isleños votaron abrumadoramente a favor de continuar como territorio británico de ultramar”. También insistió en que “el Reino Unido no negociará sobre el futuro de las islas, salvo que sus habitantes lo deseen. Y no lo desean”.

El acuerdo Mondino-Lammy y los puntos en disputa

El acuerdo bilateral firmado en septiembre de 2024 por la entonces canciller argentina Diana Mondino y su par británico David Lammy buscaba, según ambas partes, “desescalar tensiones” y establecer canales de cooperación práctica. Entre los compromisos figuraban el restablecimiento del vuelo entre las islas y São Paulo, la facilitación de visitas humanitarias a los cementerios de guerra y el trabajo conjunto en conservación y pesca sustentable.

No obstante, el acuerdo fue recibido con fuertes críticas dentro de Argentina, incluso desde sectores tradicionalmente oficialistas, al considerarse que cedía terreno diplomático sin avanzar sobre el reclamo de soberanía. En medio de ese debate, el gobierno defendió la iniciativa como un mecanismo pragmático para “mantener abiertos los canales de diálogo sin renunciar a los principios históricos”.

Contexto regional y reacción del gobierno argentino

La declaración británica llega también en un momento de mayor visibilidad internacional del reclamo argentino, tras la resolución unánime de la OEA a favor de la reanudación de las negociaciones.

La Cancillería argentina también reaccionó con firmeza, agradeciendo el respaldo continental y dejando en claro que la cuestión de Malvinas sigue siendo una causa nacional e irrenunciable. Sin embargo, el llamado británico a cumplir los compromisos del acuerdo firmado el año pasado coloca al gobierno argentino ante una disyuntiva diplomática entre sostener el acercamiento técnico o profundizar el reclamo soberano en foros multilaterales.

Soberanía, autodeterminación y los límites de la cooperación

La posición del Reino Unido en la OEA se enfocó en el principio de autodeterminación, amparado en la Carta de las Naciones Unidas. Según Chapman, los habitantes de las islas “tienen derecho a decidir su destino político, económico y cultural libremente”. También destacó que las islas “son hoy una comunidad próspera y democrática, con estándares destacados en sostenibilidad y gestión pesquera”.

Por el contrario, la Argentina sostiene que la autodeterminación no aplica en casos de colonización, como es el caso de Malvinas, y que debe respetarse la integridad territorial conforme a las resoluciones de la ONU. La tensión entre ambos principios —autodeterminación versus descolonización— sigue siendo el núcleo jurídico no resuelto de la disputa.


Fuente: Escenario Mundial